martes, 14 de febrero de 2017

ANTES Y DESPUÉS DE MI CHIMENEA


HOLA DE NUEVO!

Hoy quiero enseñaros el cambio que ha ido dando el salón de mi casa, con poco presupuesto y del cual no puedo estar más contenta con el resultado... 

Os recuerdo que el piso no es mio, y la dueña me deja hacer casi de todo, menos quitar la chimenea. hehehe...






La verdad es que más que quitarla, lo que me gustaría es darle otra forma, ya que al ser una chimenea construida en los años 80, se ha quedado bastante anticuada, y reformarla, pues como todo, vale un potosí, se genera mucha runa y es un poco lío en general. Así que yo como, siempre en mi linea, lavándole la cara a cada rincón que puedo y me dejan. 


No tengo la imagen de la chimenea 100% original, pero si de su primer cambio y hasta ahora.




Cuando llegué al piso para instalarme, esta parte del salón, estaba pintado en un amarillo vainilla y la chimenea, tal cual, lo único que los dos pilares de hormigón de los extremos, eran de un color rosa que pinté en gris (del mismo color que la pared del sofá, que lo podéis ver en INSTAGRAM)  y la chapa y el granito, estaban tal cual.

Como ya os conté en el anterior post, tenía la casa pintada con algunas paredes de colores. El color rojo, es de mis colores favoritos, y teniendo en cuenta que las sillas eran rojas y el sofá también, pues decidimos pintar este rincón en rojo. la verdad que hace unos ocho años, nos gustó mucho, pero tengo que reconocer que fue un error. El piso es pequeño y muy luminoso, y las alcobas que lo contienen también, así que lo que conseguí fue quitarle luz y esa sensación de espacio que tanto buscamos en cada estancia. 

En este caso, al ser una pared que siempre ves, ( ya que desde el sofá tienes esta vista ) por mucho que te guste un color, no recomiendo pintar una pared "porque me gusta" ya que, en primer lugar, los colores, te condicionan mucho, en segundo lugar, porque te quitan luminosidad y en tercer lugar, porque como he citado antes, por mucho que sea tu color favorito, te acaba cansando.

Cuando me cansé de este ambiente, pinté las paredes en blanco y quise hacer un invento: ¿ y si forro el granito con suelo vinílico ?

Y perdón por la imagen, pero este fue el resultado




La verdad es que mejoró mucho con el este pequeño cambio, pero también fue un error, ya que el vinilo no se sujetaba bien, se caían las piezas y en verdad, me daba un poco de miedo a que se quemara cuando pusiéramos en marcha la chimenea. Quise dejar lo demás igual, porque al ser la chapa negra y los pilares en gris, no me condicionaba mucho a la hora de decorar, pero lo que sí que era cierto y no me acababa de convencer, es que la chimenea, al ser de esos colores tan oscuros, tenían mucho protagonismo en la estancia, y lo primero que veías al entrar, era la chimenea. Mi reto era conseguir quitarle ese protagonismo, ya que la estancia, visualmente, estaba muy recargada....

Y entonces lo visualicé, (ya que me paso el día visualizando) : ¿y si lo pinto todo de blanco? 

En principio, cuando di mi idea a los interesados huéspedes de mi casa y a la dueña de la chimenea, me trataron un poco de loca ( hahahaha) y la respuesta fue : ¿quieres decir? bueno, mientras lo pintes tú, no tienes nada que perder si no te gusta.

Y así fue, primero le di una mano de imprimación a todo, para que la pintura me agarrara bien, y luego le di dos capas de pintura chalk paint ( sí, sí, chalk paint ). Elegí ese tipo de pintura, porque cómo ya sabéis, tiene un efecto tiza, y lo que quería conseguir es que la textura fuese igual que la pared y pareciese todo de obra. y la verdad es que lo he conseguido. 







Ahora el salón, con el nuevo suelo y esta mano de pintura, ha ganado luminosidad, amplitud, elegancia, calidez y frescura. ¿no os parece? Y a mi tierna Lola, no le puede gustar más estar delante de su chimenea. 

De hecho no he terminado aún el proyecto, ya que aún tengo la mosca detrás de la oreja que me dice de ponerle una tabla de madera natural encima de lo que era el granito, pero no me decido aún y por el momento, así se queda. 

Como podéis observar en la primera imagen, también he pintado los cajones de la estantería y he cambiado los tiradores a raíz de un viejo cinturón, ya que me pasaba lo mismo que en la chimenea, pues parece que que poco a poco voy eliminando el negro de algunos rincones y busco más pureza para los rincones de mi casa, ya que he descubierto que me siento mejor en estancias más blancas y puras.

Espero que os haya servido de inspiración este "post" y os haya gustado tanto como a mí el cambio que ha dado todo con brocha en mano, así que si tenéis un caso similar, no tengáis miedo en coger la brocha y dar otro toque a los elementos que no os gusten de vuestro hogar.


Si tenéis dudas, podéis dejar un comentario por aquí, o por privado.


Nos leemos pronto,

By Lorena 

3 comentarios:

  1. Hola Lorena! la verdad es que tanteando tanteando al final has dado en el clavo pintando todo de blanco , se ve más actual y luminoso, además yo es que soy muy de blanco así que me encanta!

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    1. Si, esto ha sido el proceso de los años,no me acababa de convencer la chimenea y fui probando hasta dar en el clavo haha y me ha hecho gracia compartirlo para que veáis el proceso. La verdad es que pintar una chimenea en blanco, siempre es un riesgo y es mas difícil de mantener, pero en este caso, ha valido la pena, pues estamos súper contentos y nos da una paz que no se puede explicar hehehe. Me alegro mucho que te haya gustado, pues si, yo también he descubierto que a pesar de gustarme los colores, el blanco es el que transmite más pureza y luminosidad, y eso hace que estemos más cómodos en casa :)

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  2. Te ha quedado genial!!! Menudo cambio,es una pasadisima. La propietaria de la casa tiene que estar encantada contigo jiji solo le haces que mejoras

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